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el proyecto de toda una vida…

En el campus universitario de Utrecht destaca por encima de todos los edificios existentes  esta obra de Rem Koolhaas. Otros edificios como la escuela de Económicas de Mecanoo, el edificio Minaert de Neutelings Riedijk, …….. etc quedan muy por detrás de esta emblemática obra.

En 1998 (en el viaje que realicé con la Escuela de arquitectura de San Sebastián) tuve la ocasión de visitar este recién inaugurado proyecto. Tras mi nueva visita, puedo afirmar que el paso del tiempo no ha reducido ni un ápice el brillo de esta gran creación, un proyecto rutilante en el que la totalidad de los espacios, cada material seleccionado y todos los detalles constructivos remiten al mejor y más auténtico Koolhaas. Esta obra, junto con el Kunsthal de Rotterdam, son para mí los dos mayores exponentes de su prolífica obra. Dos clásicos de la mejor arquitectura holandesa de todos los tiempos.

Este aulario/auditorio consta de tres plantas pensadas para ser recorridas, de forma que el contenido del edificio no solo remite a un programa específico, sino a una serie de espacios intersticiales que generan vida e intercambio de conocimiento en su interior. Este concepto de “recorrido” queda aún más reforzado por tratarse de un edificio que no es exento; es decir, el Educatorium queda conectado a otros dos edificios adyacentes en dos niveles, de forma que el tránsito de alumnos fluye a través de su interior como la savia de un árbol.

El acceso a este edificio desde la calle de acceso principal, en un extremo del campus universitario. La entrada queda situada a media altura, de forma que es preciso ascender una rampa exterior. Una rampa mitad abierta, mitad cerrada y que es tan solo la antesala de esas circulaciones que he mencionado antes y que hacen de este proyecto su razón de ser.

El programa de este edificio universitario incluye aulas, diversos espacios de trabajo y sobretodo, dos salas de conferencias de mediana capacidad, que se ubican dentro del edificio como cuerpos independientes dejando a su alrededor las zonas de circulación. Una de ellas tiene el acceso por la parte inferior, con un pasillo que atraviesa la sala diagonalmente, mientras que la sala de mayor capacidad dispone de acceso por la parte superior. Estas dos “cajas” sirven de excusa perfecta para convertir el suelo del Educatorium en un plano inclinado que invita a ser recorrido. De esta forma, el acceso a los tres niveles del edificio se realiza a través de planos inclinados ubicados en la zona central, que se transforma en rampa escalonada en la zona de la fachada principal. Esta forma de movimiento nos remite de nuevo a Le Corbusier y su “promenade architecturale”.Especialmente a la icónica “villa saboye” de Poissy (Paris), que recientemente traté en este blog. En esa vivienda, el movimiento a través de la rampa central proyectada por Le Corbusier permite conectar los diferentes niveles y aportar al individuo una riqueza arquitectónica única. “Mover el espacio, para llenar el tiempo” (Luis Peña Ganchegui (DEP).

Este mismo recurso también lo utilizó Koolhaas en el edificio Kunsthal (de una forma aún más directa si cabe) que visité también en mi reciente viaje a Holanda, y que comentaré próximamente.

El remate del plano inclinado (losa de hormigón) que conforma el suelo de las salas de conferencias se realiza en la parte superior mediante una fuerte curvatura que transforma radicalmente el suelo en cubierta. Y que en dicho gesto  y para no caer en la monotonía, incorpora unas incisiones acristaladas en la zona central que abren el edificio hacia el exterior e iluminan la zona alta del edificio.

Bajo la losa inclinada se encuentra un amplio comedor, que además dispone de una gran altura (creciente) que permite la creación de una entreplanta en uno de sus laterales. Los pilares cilíndricos de hormigón armado son en este caso inclinados con el fin de enfatizar la fuerza del plano inclinado superior. Junto al restaurante existen otras zonas de trabajo con mesas infinitas y un área de estancia  abierta con sofás tipo chester.

La materialidad de todos los elementos y la combinación de los mismos resulta tremendamente innovador. Desde pasamanos cilíndricos enormes con luz interior, hasta antepechos-bancos formados con IPE- 500.El Koolhaas que vemos aquí busca la descontextualización de los materiales, de los elementos y de las texturas con el fin de crear efectos sorprendentes y absolutamente originales.