Muy cerca de allí (en el nuevo barrio de Orestad, al sur de Copenhague) se encuentra “8 Tallet” (número 8), que recibe su nombre por la grafía que dibuja la planta general del edificio. Para mí, esta es una de las mejores obras residenciales que he visitado en mi vida. Rompe sin estridencias con los esquemas formales a los que estamos acostumbrados, logrando un resultado integrador, funcional y humano para el desarrollo de la vida. Sin duda, supone una evolución en la trayectoria de BIG ya que desde mi punto de vista supera ampliamente otras propuestas del estudio. En este caso, el entorno natural que se extiende a los pies del edificio también ayuda a obtener un resultado espectacular.
Este proyecto es una propuesta híbrida entre el bloque de viviendas tradicional y las viviendas en hilera. El “bloque de viviendas en hilera” se pliega sobre sí mismo, cerrándose hacia el exterior y abriéndose hacia el interior. La posibilidad de acceder en bicicleta hasta la mayoría de los hogares les confiere el carácter de “unifamiliar”. Pero simultáneamente, existen núcleos de comunicación vertical (ascensor y escalera) que vertebran verticalmente el conjunto. Y no resulta sencillo, puesto que el recorrido del ascensor (de doble embarque a 180 º) es siempre el equivalente a media planta. Lo mismo sucede con las escaleras, ya que las viviendas se escalonan a media altura dentro del mismo portal.
Las reminiscencias a edificios con rampa de circulación (aparte de los de Le Corbusier) me trasladan hasta el Kunstall de Rotterdam (Rem Koolhaas) o el Museo Nussbaum en Osnabrück, Alemania (Daniel Libeskind).
Desde la calle no recibimos ninguna señal de la singularidad de esta obra. Tan solo la disposición escalonada de los forjados que conforman la base de las diferentes viviendas, la piel de vidrio y los paneles de aluminio gris remachados. La envolvente se abre hacia el sur, donde existe una pequeña lámina de agua y el campo infinito. Un gélido cielo danés que invita a la relajación. En este punto termina actualmente Copenhague. La prolongación de la trama urbana hacia el aeropuerto se produce por el este, sin que afecte al emplazamiento del “número 8”.
El gran volumen “hermético” de “8 tallet” queda perforado a nivel de calle por diversas incisiones que permiten el acceso de bicicletas y vecinos. No importa cuál sea el acceso que tomemos: todos los itinerarios están conectados entre sí. Y precisamente ahí radica la singularidad y belleza de esta rutilante joya: la enigmática sensación de perderse en el espacio. Como tan fácilmente sucede en las calles de Toledo. Y ahí reside gran parte de su encanto, como suele suceder, en todo aquello que desborda nuestra mente y se hace inabarcable e ininteligible al tratar de racionalizar las decisiones de sus creadores. Porque la arquitectura es precisamente eso; creatividad. Y las reglas están hechas para romperlas…como sucede en este caso.
El esquema de circulación de “8 Tallet” es una espiral ascendente aparentemente sencilla pero que esconde una gran complejidad. El principal hándicap de este edificio radica precisamente en la enorme dificultad de definición de todos los niveles de la estructura en el espacio (planta y altura) y su posterior ejecución en obra. Además, la singularidad de la construcción hace que muchos remates de fachada y/o interiores sean diferentes entre sí, de forma que se complica enormemente la puesta en obra. Un aspecto que en definitiva se traduce en un factor adicional a la hora de incrementar considerablemente el presupuesto de la obra, junto al empleo de materiales menos comunes y soluciones constructivas singulares.
Para mí, este edificio es el exponente máximo de la “promenade architecturale” promulgada por Le Corbusier en la primera mitad del s. XX y adaptada a la cultura danesa y la época actual. De la misma forma, podemos hallar reminiscencias de las ideas que promulgó igualmente el padre de la arquitectura contemporánea. Me refiero a la importancia de que todas las viviendas dispusieran de un espacio al aire libre (cinco Unité d”habitation construidas en Francia).Aunque este aspecto más tiene que ver con esa aspecto de la cultura escandinava del que ya os he hablado, que no es otro que su idolatría por la luz natural, el sol y el espacio al aire libre. Resulta paradójico que ahora, tras la pandemia, algunas regiones de España como el País Vasco estén tramitando leyes para “obligar” a que las nuevas viviendas dispongan de espacios al aire libre. Una vez más, nos damos cuenta demasiado tarde de las cosas buenas que tenemos y no valoramos.
Todas las viviendas contenidas en “8 tallet” son de tipología pasante (doble orientación), con un programa dispuesto en dúplex (dormitorios en planta superior). Un modelo muy común en los edificios de viviendas daneses. El gran protagonista es de nuevo el vidrio, que conecta el interior y el exterior de las viviendas a través de grandes ventanales sin ningún tipo de filtro. Una característica intrínseca a la cultura luterana presente en algunos países como éste, donde mostrar las pertenencias es sinónimo de honestidad y transparencia en la forma en que éstas se han obtenido.
Los proyectos de BIG salpican la capital de Dinamarca. Por ejemplo, las viviendas denominadas “Urban Rigger”, en la orilla opuesta al centro, la de los más desfavorecidos. Un conjunto de 6 bloques de 5 contenedores marítimos cada uno, que poseen la particularidad de formar un pequeño espacio común central sobre el que dichas bloques metálicos se han depositado. La utilización de contenedores metálicos como viviendas (en este caso, alquiler para estudiantes) es un recurso muy extendido desde hace años para conformar de forma rápida y económica “hogares” a personas de escasos recursos. Sin ir más lejos, la cercana CPH village, igualmente destinada a estudiantes. En el caso de Urban Rigger, el empleo de color, la disposición junto al agua o la integración de la parte superior de los contenedores como espacios habitables no suponen ninguna calidad espacial de relevancia al proyecto, aunque el resultado final es sin duda interesante.
La concienciación medioambiental en Dinamarca es enorme. Por ello, al finalizar una obra se realizan exhaustivas pruebas para detectar puentes térmicos, infiltraciones de aire, etc. Sin embargo, la alta eficiencia constructiva choca a veces con soluciones que carecen del más mínimo sentido común. Por ejemplo, las viviendas acristaladas situadas frente al mar o cualquier otro gélido espacio natural, cuya separación interior-exterior es un doble acristalamiento de altas prestaciones. Las puertas de vidrio orientadas al norte y su conexión directa con la intemperie no parece lo más razonable. La inexistencia de un espacio intermedio (distribuidor común, vestíbulo privado, etc) implica que la apertura de la puerta de la casa supone la entrada directa de un gran volumen de aire frío al interior. Algo que no parece muy lógico en estas latitudes.
La importancia de la luz natural en las viviendas va acompañada de un uso extendido de las cubiertas planas transitables. Un gran acierto que yo siempre he defendido por las grandes posibilidades que ofrece. En Dinamarca, donde el clima es más lluvioso y frío que en España, existen numerosos solárium y espacios lúdicos ubicados a la intemperie sobre edificios públicos y privados, equipados con mobiliario exterior, pérgolas, árboles, etc. La recogida de aguas no es un problema, si se utiliza la solución constructiva adecuada. La plantación de jardines y pequeñas plantas tampoco. En este punto quiero hacer mención de dos usos compatibles que se han utilizado de forma acertada en Copenhague. En primer lugar, el gimnasio al aire libre ubicado sobre un edificio destinado exclusivamente a aparcamiento de vehículos. Está situado en Nordhavn y fue proyectado por el estudio JAJA architects (2016). Konditaget Lüders es un ejemplo inmejorable de hacer ciudad. La zona recreativa y deportiva de la planta superior (cubierta plana) es utilizada diariamente por personas de todo tipo de edad que encuentran aquí un espacio único con vistas al mar para desconectar y hacer deporte al aire libre.Un doble acceso a través de una escalera infinita que recorre sus dos fachadas longitudinales garantiza el uso independiente del espectacular parque abierto creado en su parte superior.
El otro ejemplo no es una cubierta plana, sino inclinada. Pero el tratamiento que posee permite igualmente un uso lúdico. Me refiero a la central Amager Bakke (Copenhill), obra de BIG (2018). Aquí, se ha creado sorprendentemente una espectacular pista de snow-board que divierte tanto a pequeños como a mayores. Y por si fuera poco, en la parte más elevada de su fachada de paneles de acero galvanizado remachados se ha montado un demencial rocódromo.
La arquitectura contemporánea danesa está formada por otros nombres menos conocidos a nivel internacional, pero que también poseen una ingente cantidad de interesantes proyectos. Por ejemplo, el internacional estudio “3XN” (Hotel Bella Sky, Orestad Gymnasium, estadio Royal Arena, acuario Blue Planet, etc), que a pesar de disponer de un curriculum demoledor a mí no me emociona. También cabe destacar “Schmidt, Hammer, Lassen architects”, mucho más interesantes desde mi punto de vista. Su listado de proyectos de gran escala es impresionante, aunque podemos mencionar la biblioteca Black Diamond de Copenhague, el colosal DOKK1 y el museo Aros, situados ambos en Aarhus. Por otro lado, el estudio COBE desarrolla un importante número de edificios residenciales en Copenhague, además de otros proyectos de deferentes usos.
Henning Larssen (discípulo de Jorn Utzon y Arne Jacobsen) fue un destacado arquitecto en la segunda mitad del s. XX, autor entre otras de la Ópera de Dinamarca o el popular edificio residencial “The wave” en Vejle, inspirado en la ópera de Sydney). Actualmente y tras su fallecimiento, el estudio sigue desarrollando importantes proyectos a nivel internacional.
Estos son solo un ejemplo de la buena salud de la que goza la arquitectura danesa contemporánea, que sin duda está relacionada por la libertad creativa que confiere la normativa, el cliente y los medios económicos y humanos para poder materializarla con calidad. En nuestro país también es posible, aunque las limitaciones sean mayores.
Sin duda, volveré a Dinamarca. Queda mucho por descubrir.