Este proyecto de reforma de portal parte de una voluntad muy clara: atravesar un espacio, un túnel de aire, y arrastrar en ese movimiento la envolvente que lo reviste. Un gran torbellino blanco envuelve el tránsito de los vecinos acompañándoles en su caminar, y enfatizando el dinamismo de este portal: un lugar de paso.
La gran ola que nos abraza al caminar se pliega en dos zonas: al inicio, abatiendo un plano a 90 º que genera el estante de los buzones, y al final de su recorrido, donde un plano sobre-elevado incluye un jardín vegetal que abriga a los intrépidos vecinos. Este desconcertante lazo tridimensional enmarca la perspectiva perfectamente, al igual que realiza el fotógrafo cuando busca un encuadre.
El suelo (con una pendiente continua cercana al 10 %, motivada por los condicionantes del emplazamiento) descoloca al visitante, anulando la referencia horizontal-vertical. El buscado desasosiego pretende desestabilizar y a la vez enriquecer el movimiento, convirtiendo este pequeño “paseo arquitectónico” en un juego de sensaciones.
Esta obra se encuentra actualmente en ejecución. El diseño ha sido aprobado por la Comunidad de propietarios, por lo que pronto os mostraré imágenes del resultado final. Espero que os guste.