La oscuridad esconde una belleza que se vislumbra gracias a la luz que envuelve la arquitectura. Unas veces es la misteriosa luna, y otras los reflejos que inundan los espacios que habitamos. Desde el interior o desde el exterior. Y generan sombras que nos sugieren volúmenes y texturas acompañados de una naturaleza que siempre nos acompaña.