Somos el tiempo que nos queda por vivir. Y la relatividad de la variable espacio-tiempo nos impide tener una perspectiva más global de nuestra existencia. La arquitectura es el reflejo de una forma de vivir, que define nuestra época y nuestro lugar en la Tierra. En un mundo en constante cambio, los espacios se detienen por un instante para la fotografía efímera que es nuestra vida.