Frank O. Gehry vuelve a ser noticia. Si recientemente lo fue por su 85 cumpleaños (celebrado en su emblemática obra “Museo Guggenheim de Bilbao”), hoy vuelve a estar de actualidad por haber sido galardonado con el Premio Príncipe de las Artes. Mi más sincera enhorabuena.
Yo no soy muy partidario de los premios en general, que en este caso no es específico de Arquitectura. Pero evidentemente el reconocimiento objetivo a una gran obra es sin duda una gran satisfacción. Para el que lo recibe, y para todos aquellos que, de una u otra manera, se sienten identificados con el espíritu y estilo personal. Como es mi caso.
En otras ocasiones este galardón también fue otorgado a otros compañeros de profesión: Oscar Niemeyer (1989), Francisco Javier Sáenz de Oiza (1993), Santiago Calatrava (1999), Norman Foster (2009) y Rafael Moneo (2012).
Frank O.Gehry obtiene este reconocimiento después de haber alcanzado prácticamente todas las metas que cualquier arquitecto puede llegar a imaginar, incluyendo el Premio Pritzker en el año 1989.
Su nombre pasará sin duda a la Historia de la Arquitectura como un visionario de su tiempo, forjado a sí mismo. Su obra afortunadamente nos acompañará siempre, y aprovecho para que todo el mundo que pueda se acerque a disfrutar de su obra más cercana: el Museo Guggenheim de Bilbao y el Hotel-Restaurante de las Bodegas Marqués de Riscal en Elciego, La Rioja.
El pasado 28 de Febrero, día del cumpleaños de Frank. O. Gehry expuse en este blog mi gran admiración por este gigante de la arquitectura. Por su talento, valentía y sobre todo, por el esfuerzo diario que ha marcado su vida y que ha supuesto en el contexto internacional la creación de un punto de inflexión en la continuidad de la modernidad racional (Five Architetcs, etc).
Ayer, en el mismo reportaje de televisión donde anunciaron la concesión de este premio, se dejó entrever que una gran parte de los arquitectos es crítica con este tipo de arquitectura, y que “no la considera un modelo a seguir”. Por supuesto que no es un modelo a seguir. ¿Y? ¿Acaso su autor lo pretende? ¿Acaso algún arquitecto que está realizando algún proyecto se plantea de forma paralela sentar cátedra y crear una corriente arquitectónica? Yo creo que ninguno, al menos a nivel práctico. En todo caso, los teóricos. Pero a caminar se aprende andando. Y el estilo personal se va forjando con el tiempo, con multitud de influencias y factores que, en determinadas circunstancias, pueden derivar en tendencia arquitectónica.
Por poner un ejemplo cercano, voy a mencionar a otro gran arquitecto de la arquitectura contemporánea: Enric Miralles (DEP). Desgraciadamente perdimos hace mucho tiempo a este extraordinario compañero barcelonés. Y su estilo único e inimitable (en su origen, junto a la también extraordinaria Carme Pinós), en ningún caso fue concebido como un modelo a seguir.
Las obras emblemáticas y los autores excepcionales son eso: algo único e inimitable. Y precisamente eso es lo que los hace grandes.
Felicidades de nuevo, Frank.