Mirar hacia arriba es descubrir los mayores tesoros que la vida nos regala. El cielo que nos protege es un misterioso escenario que podemos observar desde nuestro modesto lugar en la tierra. Un espacio infinito que queda enmarcado por los límites de la arquitectura, ya que ésta posee incisiones y volúmenes que enriquecen la majestuosa obra que se desarrolla sobre nosotros.