casa 33

el proyecto de toda una vida…

Hoy quiero escribir un breve post sobre mi reciente visita a la feria CEVISAMA 2019. Un evento que, al igual que Hábitat, se celebra todos los años en Valencia, la hermana pequeña de Milán: una rica ciudad del Norte de Italia, donde en abril espero poder visitar por primera vez el “ Salone Internazionale del Mobile” , el evento más importante a nivel internacional.

            Cevisama está destinado a la exhibición de fabricantes y distribuidores de muebles de baño, sanitarios, cerámicas y todo tipo de complementos de este sector. En esta ocasión, los organizadores han hecho coincidir la cita profesional con SICI, un espacio centrado en el mundo de la cocina. Ubicado en el nivel 3 del pabellón 6, la superficie de esta última era muy inferior a la del mundo del baño (donde se han ocupado 9 niveles expositivos). Me considero una persona con muy buena orientación y  cuando visito una feria, me mentalizo de seguir un recorrido en todo momento. Pero después de unas horas, por mucho que lo intente, termino por no saber si iba o venía.   (…)

Recorrer los interminables stands de este certamen me ha permitido afianzarme en los principios compositivos que ya tenía antes de acudir a esta cita. Algo muy acertado en este momento en el que me encuentro, a punto de configurar los espacios sanitarios de la casa 33.Durante 2 intensos días he podido descubrir marcas y posibilidades creativas que desconocía. Ver composiciones ayuda a descartar opciones y encontrar caminos que abren nuevas rutas por descubrir; un viaje que se realiza con la única orientación del estilo personal.

En este encuentro profesional a orillas del Turia la presencia de distribuidores cerámicos ha sido excesiva desde mi punto de vista. Aunque es lógico teniendo en cuenta su volumen de facturación y el hecho de que para los participantes, el objetivo (más allá de dar a conocer sus productos) es exponenciar sus ventas. El diseño de los stands ha sido muy convencional en la mayoría de los casos, salvo algunas excepciones como ROCA ( “la marca” del sector en España), TAU, EMIGRES o DOCA. Por ello, no me parece objetiva la concesión del premio del mejor stand a Cerámicas AZUVI. En cualquier caso, debe valorarse enormemente el trabajo realizado por todas las empresas, ya que la preparación de este tipo de arquitectura efímera conlleva un arduo trabajo de diseño, organización y ejecución previo.

En general, al visitar esta feria te quedas con la sensación de que los fabricantes de muebles de baño y sanitarios (algunos totalmente desconocidos para mí) se copian entre sí. Así de claro. Imagino que sucede en muchos sectores. Hasta cierto punto es normal, porque las posibilidades creativas son limitadas y además el factor precio es fundamental. Salvo contadas excepciones. Porque para los diseños más exclusivos (y caros) siempre habrá público.

En el mundo de andar por casa sucede una cosa: al público en general le gusta el Guggenheim (porque lo dicen los entendidos, y no seré yo quien lo contradiga), pero en mi casa quiero lo de toda la vida. Los experimentos, con la gaseosa.

En otro orden de cosas, me llama la atención cómo algunos visitantes, armados con enormes tablets, toman primeros planos de los revestimientos cerámicos expuestos. En muchas ocasiones, ni siquiera toman nota de la referencia. Y yo me pregunto: ¿para qué sirven esas fotos? Porque la textura, el color y la sensación que transmite un material es irremplazable. Como el sabor de un alimento. O la lectura de un libro. O la visión de una película. Hay que verlo. Tocarlo. Sentirlo. Y saber que es un cuerpo cambiante con la luz natural o artificial que reciba a lo largo de su vida.

También me llama la atención ver gente – jóvenes apuestos con americana de cuadros y zapatos de diseño- gritando entusiasmados: “Me encanta”, mientras señalan firmemente con su dedo índice una cerámica con manchas tipo dálmata pero en versión multicolor. En ese momento no puedo evitar pensar  qué diferentes gustos y criterios podemos tener las personas. Pero que por  muy personales que sean esos principios, la falta de atemporalidad, equilibrio y belleza es mucho más frecuente de lo que pensaba. Sobre todo en los decoradores de interiores. Con todos mis respetos.

Momentos después, mi mente continúa hablando en voz alta y me susurra al oído que el mal gusto es necesario. También en la arquitectura. Muy  necesario. Porque sin él, no podríamos apreciar la belleza de lo eternamente hermoso.