Desde 1996, el primer lunes del mes de Octubre se celebra el día Internacional de la arquitectura. Promulgado por la Asociación Internacional de Arquitectos (UIA), esta importante celebración coincide con el “Día Mundial del Hábitat” en aras de reivindicar el desarrollo sostenible en nuestro planeta. El lema de cada año varía en función de las circunstancias del momento. En esta ocasión, el slogan elegido es “ “Architecture…housing for all” (“arquitectura… viviendas para tod@s”). Un propósito que va claramente dirigido a todas las personas responsables involucradas en la planificación del territorio con el fin de garantizar viviendas dignas y sostenibles para la población mundial, independientemente de su ubicación. Un proceso complejo y delicado por todos los factores que convergen en cada contexto, y que en muchos países dificultan o directamente impiden su realización. Por motivos políticos, religiosos, económicos o étnicos asistimos a una aniquilación de los derechos humanos. Como tantas otras veces os he mencionado, no podemos permanecer impasibles ante los millones de exiliados y refugiados que desgraciadamente conviven en el mundo. Hombres, mujeres y niños que mueren en el Mediterráneo, mientras nosotros miramos ajenos las noticias en el telediario. Personas que viven hacinadas en condiciones infrahumanas en campos de refugiados turcos, jordanos o libaneses. Por no hablar de poblaciones normalizadas de India denominadas como “slum”, y cuyas condiciones higiénico-sanitarias son absolutamente pésimas. Verdaderos vertederos humanos que degradan por completo la dignidad de las personas que allí viven. Y no por ser algo habitual en algunos países como India podemos creer que no pasa nada. Al contrario: debe ser un lugar prioritario de actuación precisamente para dar respuesta al lema de este año y garantizar la igualdad de las personas y su derecho a vivir en una vivienda digna.
Hace poco más de una semana el mundo se movilizó contra el cambio climático. Un hecho significativo pero no suficiente, ya que hace falta verdadera voluntad entre los dirigentes políticos para reducir las emisiones y la contaminación ambiental. Precisamente cuando los países más contaminantes (Estados Unidos, China e India) se niegan a cumplir con los compromisos de emisiones. Como hemos podido leer en las pancartas de algunos manifestantes, “No existe un planeta B”. Por ello, cada uno de nosotros debemos convertirnos cada día en adalid de la sostenibilidad y predicar con el ejemplo. Sí, hacen falta muchísimas Greta Thunberg para crear un “Everyday for future”. Porque cada gesto de cada uno de nosotros cuenta, y debemos pensar no sólo en el reciclaje, sino en nuestro modelo de vida basado en un consumismo desaforado. Cada vez que se fabrica una prenda textil o despega un avión, estamos produciendo un flaco favor a nuestro planeta. Y por supuesto, la construcción implica una importantísimo afección a nuestro territorio. Por ello, debemos emplear materiales naturales, sostenibles en su producción, de la zona y fomentar diseños bioclimáticos. El uso de las energías renovables debe extenderse de forma generalizada tanto en los procesos de construcción como en los edificios que proyectemos.
Vivimos en un mundo tecnificado, politizado, derretido y deshumanizado. El lugar a gran escala donde se desarrolla la vida. Por ello, debemos preguntarnos hoy qué rol desempeña la arquitectura en la sociedad y a la vez, cuál puede ser nuestro papel para reducir el cambio climático. Porque cada gesto cuenta: a pequeña mediana y gran escala. Os animo a participar de este ilusionante día y aportar todas vuestras propuestas. For a better world.