Con este post os quiero mostrar una de las últimas obras de reforma de portal que he realizado. Un diseño que de nuevo ha estado condicionado por los elementos existentes. En este caso, la exigua altura del cuarto de calderas que se halla bajo el portal. Un handycap decisivo que ha implicado la ejecución de un suelo inclinado a todo lo largo del recorrido, desde la calle hasta el ascensor. Pero esto no ha sido obstáculo para conseguir un espacio diferente. Porque si el suelo presenta limitaciones, nos centramos en el techo, mi gran aliado. Y aquí, con un original juego de formas, el usuario se deleita a cada paso con una perspectiva cambiante. Movimiento detenido en el tiempo. Un techo que, además, vuelve espectacular por la noche gracias a la estudiada iluminación que he previsto. ¡Espero que os guste!