casa 33

el proyecto de toda una vida…

Este verano he visitado de nuevo Alemania. En 2017 estuve en la zona sur del país descubriendo algunas obras relacionadas con el mundo del motor (concretamente Porsche, Mercedes y BMW), así como algún clásico (Weissenhof de Stuttgart, obra del universal Le Corbusier).

En esta ocasión he recorrido la zona Noroeste del país: utilizando como base la ciudad de Colonia (Köln), he visitado la cercana Bonn (antigua capital de la RDA), Düsseldorf, Essen y Osnabrück. Ha sido un viaje planificado con meses de antelación en el que deseaba conocer algunos edificios de mi admirado Daniel Libeskind. Alguien con quien precisamente (casualidades del destino) pude charlar en Junio de este mismo año en mi visita a Londres.

En este último viaje  a tierras germanas ha habido un gran indiscutible protagonista: el museo Felix Nussbaum de Osnabrück (D. Libeskind). Sabía que me iba a gustar. Es un proyecto que conozco desde hace muchos años, ya que apareció publicado (planos y maqueta) en la monografía Número 80 de la revista el Croquis en 1996, y posteriormente, una vez concluido, apareció en el croquis Nº 91 de 1998. Dos ejemplares que rescato de mi biblioteca particular en multitud de ocasiones. Se trata de una obra de intervención realizada sobre un edificio existente, y que consta de dos fases muy claramente identificadas en el tiempo (1998 y 2011). En mi próximo post os hablaré en exclusiva sobre este trabajo, ya que para mí es una joya; me ha resultado una enorme fuente de inspiración, ya que en ella he descubierto elementos que yo mismo he empleado en la casa 33 sin saber que Daniel Libeskind los había utilizado previamente. Sin duda, una referencia a tener en cuenta.

Colonia es una gran urbe que eclipsa por completo a su humilde vecina del Sur “Bonn”, a pesar de que carezca de su encanto y no haya tenido un lugar tan importante en el pasado de la unificada nación. Hoy día, sin embargo, Bonn es una ciudad tranquila que explota la universal figura de su célebre vecino Ludwig van Beethoven (nacido en 1770) y que se recorre fácilmente en un día.

Pero vuelvo de nuevo a Köln, una población que posee un innegable y único epicentro: su ennegrecida catedral gótica, omnipresente desde muchas zonas de la ciudad. De hecho ostentó durante unos años el récord del edificio más alto del mundo, y de hecho hoy día es el edificio más visitado de todo Alemania. La catedral se ubica en un punto estratégico; porque además de su inherente interés turístico se encuentra junto a la estación central de Colonia (un lugar de continuos registros de la Polizei a cualquier potencial sospechoso) y el imponente río Rin. Las comerciales calles que circundan este área peatonal y los museos cercanos contribuyen en última instancia a establecer en este punto el comienzo y el fin de la vida urbana de Köln. Aunque desde mi punto de vista el paseo a ambas orillas del poderoso “Rhein” tiene un encanto único, quedando en uno de sus márgenes una animada zona cuyo escenario son pintorescas casas de colores y frontones afilados apuntando al firmamento. Un lugar donde destaca el puente de acero “Hohenzollern brücke”, una pesada estructura de acero repleta de originales candados depositados por miles de parejas de enamorados, tal y como ya sucedió en otras ciudades (París, Sevilla, etc). El resultado es un colorista tapiz vertical que anima el paseo por este camino sobre las aguas fluviales. También debe destacarse la zona de “Rheinauhafen”, ubicada en la zona sur del centro de Colonia; un antiguo espacio portuario que, en un inevitable proceso de gentrificación, alberga hoy contemporáneas viviendas y oficinas.

A 30 kms al norte de Colonia se encuentra la moderna Düsseldorf (capital de Renania del Norte/Westfalia), una boyante ciudad en la que convive la tradición y la modernidad. Sede de las más importantes compañías del país y foráneas, acoge infinidad de ferias y es referencia por el animado ambiente de su “Altstadt”. Un lugar donde también se han revitalizado importantes áreas urbanas, entre las que destaca de nuevo una zona portuaria a orillas del incansable río Rin: “Neue Zollhof” y “Medienhafen o barrio del puerto”. Aquí podemos encontrar obras de algunos arquitectos internacionales. Los tres bloques de viviendas que se hallan cerca de allí (diseñados en tres materiales diferentes por Frank O. Gehry en 1996-1999) sirven como antesala de la nueva área revitalizada, pero desde mi punto de vista resultan anecdóticos dentro de la trama general circundante. El edificio de Zollhof que más me ha gustado es el hotel Hyatt Regency (2010), obra del importante estudio de arquitectos de la ciudad “ SOP architekten”.Ocupa un lugar privilegiado en la confluencia de dos cauces fluviales, y el tratamiento de la zona exterior resulta un absoluto éxito que permite integrar magistralmente los dos volúmenes edificados con el espacio público circundante. Más céntrico se encuentra el centro comercial Kö-bogen ( 2013), obra de Daniel Libeskind. Un edificio acristalado que consta de dos composiciones de fachada bien diferenciadas. Una de tipo horizontal, orientada hacia la zona peatonal desde el centro de la ciudad y que no posee la esencia arquitectónica de su autor. Y otra composición muy diferenciada (orientada hacia un pequeño canal de agua) y que posee un carácter claramente vertical. Precisamente en este frente  aparecen fuertes incisiones inclinadas donde se refleja mayor rotundidad la personalidad de Libeskind. Elementos que en esta caso se han empleado como jardines verticales que humanizan el duro perfil construido. El edificio carece de zonas comunes en su interior, ya que la configuración en planta corresponde a dos piezas unidad por una pasarela elevada (zona de oficinas), y todas las tiendas y locales de restauración ubicados en planta baja disponen de acceso directo desde la vía pública. Esta obra me ha gustado, pero no puedo decir que resulte apasionante porque mentiría. Al fin y al cabo, se trata de un trabajo compositivo donde sólo tienen fuerza una parte, ya que como os he adelantado los espacios interiores son privados. Para terminar, me gustaría mencionar una pequeña “escultura arquitectónica” ubicada  a nivel de calle, donde dos volúmenes inclinados revestidos con paneles brillantes (de tipo especular) generan un infinito juego de perspectivas y reflejos. ¡¡¡Brillante!!!

Muy cerca de allí se encuentra la localidad de Essen, una población de tamaño medio asociada históricamente a la extracción del carbón. En 2001 la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad el extenso complejo de Zollverein. Un espacio industrial reconvertido en espacio cultural, y donde un meticuloso proceso de restauración ha recuperado los edificios, carriles, pasarelas, etc que en el pasado sirvieron para extraer carbón en grandes cantidades. El edificio museístico principal dispone de una intervención de escasa entidad llevada a cabo por OMA (Rem Koolhaas).Un trabajo consistente en la incorporación de una gran escalera mecánica exterior doble, y una misteriosa escalera interior que se adentra en la oscuridad. En ambos casos Koolhaas recupera su color fetiche (el naranja), ya presente en sus primeras obras (Kunsthal de Rotterdam, por ejemplo).La intervención de OMA en la localidad de Essen es una obra menor que desde mi punto de vista resulta decepcionante. Y eso que me apasiona toda la obra de Koolhaas.

Y en este viaje no he tenido posibilidad de visitar más obras. Muy pronto escribiré un post sobre el museo Felix Nussbaum de Daniel Libeskind, ubicado en la localidad de Osnabrück.