Recientemente Rafael Moneo (Tudela, 1937) ha sido galardonado con el premio Nacional de Arquitectura 2015,concedido por el Ministerio de Fomento y dotado con 60.000,00 euros. Este premio reconoce a personas o entidades que “con su trabajo o el conjunto de su obra, contribuyan de forma extraordinaria al enriquecimiento de los aspectos sociales, tecnológicos y sostenibles de la Arquitectura o el Urbanismo español dentro y fuera de nuestras fronteras”.
Este premio se suma a otro muchos, entre los que sin duda destaca el premio Pritzker del año 1996, ya que es el único español que lo ha obtenido. Desde aquí le doy mi enhorabuena.
Su dilatada trayectoria profesional conjuga su labor docente (actualmente es profesor en Harvard) con la de proyectista de impresionantes encargos. Su curriculum comienza después de cumplir los 40, pero a partir de ese momento encontramos un interminable repertorio de importantes obras como: el Museo de Arte Romano de Mérida, la ampliación de la estación de Atocha, Fundación Joan Miró de Palma de Mallorca, Centro Comercial l´lla Diagonal en BCN, Ampliación del Ayuntamiento de Murcia, Museo de Arte Moderno de Estocolmo, auditorio Kursaal de Donostia, Auditorio de BCN, Catedral en Los Ángeles, Ampliación del Museo del Prado, Biblioteca de Deusto (Bilbao),Palacio de congresos de Toledo, etc.
La carrera de este consagrado arquitecto es sin duda loable, sobre todo por la magnitud de los encargos que ha recibido. Pero desde mi punto de vista, es algo que ha conseguido sin apenas arriesgar nada. Sus obras me parecen en general espartanas (salvo puntuales excepciones, como el Kursaal). Me resultan tremendamente sobrias, frías, asépticas y predecibles. Edificios en su mayoría “pesados”, tectónicos, de caliza y caravista que siguen un mimético patrón de aburridos planteamientos.
”Certero, fresco o sublime” serán por el contrario los adjetivos que emplearán los más academicistas del siglo pasado. Esos mismos que se quedaron estancados en los vetustos postulados del postmodernismo de Robert Venturi y Aldo Rossi.
Este último Premio Nacional de Arquitectura no me parece merecido: porque que yo sepa, Moneo no destaca precisamente por haber realizado proyectos de “carácter social, ni tecnológico ni sostenible”.
Porque… ¿qué ha aportado de nuevo este arquitecto en cuanto a conceptos arquitectónicos? Lo digo en relación al extensísimo listado de reconocimientos nacionales e internacionales que ha obtenido. Algo que que genera una injusta y descomunal brecha con muchísimos otros arquitectos españoles que ocupan un lugar en el anonimato.
Por último quiero decir que considero a Rafael Moneo como un proyectista que no ha sabido adaptarse a los tiempos. Es un dinosaurio que pertenece a otra época. Porque se puede ser fiel a un estilo y a la vez innovar. Sorprender. Emocionar. Algo que él no ha hecho. ¿Qué fue de la parte más creativa y humana de la arquitectura? Rafael Moneo no me emociona. Su obra me deja completamente indiferente. Resuelve. Sí. ¿Y? Arquitectura es algo más. Mucho más.