El último día de mi visita a la obra construida del primo Pritzker 2017 comienza con la “vivienda para un carpintero en Olot”. Esta vivienda se encuentra en una calle apartada, en la ladera de una montaña, motivo por el cual es desconocida para muchos locales y me resultó difícil de localizar. Una hermética casa ubicada en una parcela de difícil orografía, y que se resuelve en cuatro niveles: planta baja (acceso y garaje), planta primera (piscina y jardín),planta segunda ( dormitorios) y planta tercera (zona de día). Este nivel se gira 90 º respecto a la directriz de las plantas inferiores, para poder disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad.
La piel exterior y los revestimientos interiores hacen una arriesgada apuesta por un único color: el negro. E incomprensiblemente, salen victoriosos. Los muros de carga de hormigón armado permiten jugar con voladizos desafiantes y arriesgadas aperturas.
Desde allí me acerqué hasta el corazón del parque natural de la Garrotxa, una zona volcánica única en España. Muy cerca de Olot, en Santa Pau, se encuentra el “Pabellón de acceso a la Fageda d´en Jordá”, una pequeña obra de RCR que alberga la función de punto de información para los visitantes. De nuevo la tensión espacial que generan dos volúmenes girados y unidos por una etérea cubierta conforma la base de este proyecto.
El día continúa y me recuerda que tengo una cita pendiente con el restaurante Les Cols: una visita diurna que me permita descubrir de una forma diferente los espacios creados por RCR para Fina Puigdevall. Las gallinas picotean tranquilamente por el jardín, ajenas a las miradas de arquitectos como yo que indagan en el material con el que se construyen los sueños.
Como ya os adelante, en el exterior de la masía RCR ha conseguido crear con el proyecto de las carpas para eventos un espacio enigmático donde el interior y exterior se diluyen. Un lugar para dejarse llevar, para soñar, perfecto para comenzar una vida en común.
Toca hora de regresar, pero aún tengo tiempo de ver una última obra correspondiente a la primera etapa del estudio olotense: la “vivienda unifamiliar Fuelle”, ubicada en Les Presses. Esta obra repite de nuevo el planteamiento de fuerte volumetría y contraste cromático, resolviendo el programa en dos plantas. La forma en planta y su propio nombre derivan de la parcela en la que se ubica, con forma curva en el frente principal donde se ubica el acceso. Hacia el exterior asoman cuatro herméticas piezas, que se fusionan y abren con generosidad hacia la zona verde privada.
Y desde aquí poco más: vuelta a la realidad. Un camino de regreso en el que medito sobre muchas de las cosas que he visto, leído, escrito, dibujado y pensado en estos cuatro días. Como dijo Rafael Aranda “ Tenemos que ser esponjas para absorber con nuestro cuerpo y nuestra sensibilidad todo lo que el entorno en el que trabajamos puede darnos. No es mirar, es ser capaz de ver. Y de experimentar, sentir y absorber.”
Yo es lo que hago: ver. Porque fijarme en el lenguaje de personas con el talento que poseen RCR me sirve para encontrar mi propio estilo. Gracias, Rafael, Carme y Ramón.