casa 33

el proyecto de toda una vida…

Después de haber reformado más de 300 portales en mi ciudad, puedo afirmar que tengo la suficiente experiencia en el desarrollo de este tipo de trabajos. A nivel técnico. Pero sobre todo, en el conocimiento inmediato del cliente, de la obra y de las expectativas de éste sobre la misma.

Cuando recibí el encargo de este proyecto (finales de 2013), supe que me encontraba ante un cliente especial. El administrador visitó previamente algunas de mis obras y a continuación me indicó que depositaba su total confianza en mí. A cambio, tan sólo me pidió una cosa: que hiciera un proyecto único, especial, algo diferente a todo lo que hubiera hecho antes. Para un arquitecto, ésta es el máxima aspiración que puede tener de su cliente.

En ese momento me sentí valorado como arquitecto, y sentí la responsabilidad de no defraudar sus expectativas. Me puse a trabajar inmediatamente, a estudiar el espacio, a buscar soluciones, a indagar en los rincones más profundos de mi interior. Porque mis proyectos tienen mucho de inconsciente, de irracional, una amalgana de corazón y  pragmatismo (form follows function).

Tras un largo proceso creativo, expuse mi proyecto de reforma para esta exclusiva Comunidad y obtuve su aprobación para transformar mis ideas en la entrada a su nueva vida.

Hoy, con la obra terminada, puedo afirmar que el resultado ha superado las expectativas de todas las partes implicadas, y estoy seguro de que esta obra perdurará en el tiempo por su diseño innovador y su impecable ejecución material.

Quiero dar las gracias especialmente a Luis Mari, por confiar en mí. Y gracias a Guillermo/Jesús, por vuestro respetuoso trabajo con mi proyecto.