Hoy es mi cumpleaños. Cumplo 16 años, como arquitecto. Porque el 29 de Enero de 1999 expuse mi proyecto de “Parque de Bomberos en Donostia” ante mi Tribunal en la ETSASS y pasé de ser estudiante universitario a estudiante de mi pasión, la arquitectura.
En estos años he aprendido muchas cosas, y he olvidado otras tantas. He aprendido de construcción, de cálculo y de psicología. La experiencia es fundamental para un arquitecto, ya que con los éxitos se avanza en el camino, pero con los errores se aprende y se sale fortalecido ante nuevos proyectos, nuevos retos.
En estos años he aprendido a medir mis fuerzas, y he visto cómo las grandes obras han ido dejando paso poco a poco a creaciones más modestas.
En estos años he aprendido a aceptar que las cosas no suceden cuando uno desea, y que el camino está lleno de sorpresas: buenas y malas.
En estos años he aprendido a mirar edificios, a analizarlos y sobre todo, a mirarlos a los ojos. Siento que cada día aprendo y eso me hace crecer, sentir lleno de fuerza para afrontar proyectos de una nueva etapa con la ilusión del primer día.
En estos años he aprendido a llenar el tiempo con el espacio, con esa analogía que tanto le gustaba a Le Corbusier entre arquitectura y música. He descubierto lugares maravillosos, autores con talento, obras que me han dejado sin palabras y libros interesantísimos.
En estos años he aprendido a ser un director de orquesta en un escenario sin músicos.
En estos años he aprendido a ser yo mismo. Y sobre todo, a no renunciar a mi sueño.