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el proyecto de toda una vida…

Este año he visitado por primera vez la feria internacional del mueble de Milán. En los últimos 2 años, y como consecuencia de mis circunstancias personales (finalización de mi nuevo hogar), me he vuelto asiduo a consultar el calendario de ferias relacionadas con la decoración, muebles o baño y lanzarme a descubrir las últimas novedades del sector. En anteriores post, ya os he hablado de algunas de mis experiencias en estas visitas. Y la recomendación de muchos de los asistentes era unánime: “ tienes que ir a Milán”. Así que dicho y hecho. Reserva de vuelo, hotel, preparación de troley y… ilusiones a volar.

Cerca de 4 años han transcurrido desde mi última visita a esta rica ciudad del norte de Italia. Fue con motivo de la Expo 2015, un acontecimiento único que me permitió descubrir nuevos diseños arquitectónicos y me dejó  deseoso de poder visitar la próxima edición: Dubai 2020. Os lo recomiendo, y desde luego, yo allí estaré.

Milán me ha esperado con la ilusión de un niño que ha crecido y va cogiendo fuerza. Capital económica de Italia, el corazón de Lombardía se deshace de su desafortunada herencia artística, en la que es una clara perdedora frente a cualquier otra ciudad italiana. Pero el dinero mueve montañas, y la renovación de su” anillo verde” ha permitido dotar de encanto a un centro más bien feo. Aunque no se puede generalizar, y la catedral de El Duomo es una brillante excepción: un coloso que brilla con luz propia, frente a las majestuosas galerías Vittorio Emanuele II. Muy diferente al cuadrilátero de oro, que desde mi punto de vista languidece. A día de hoy no se ha adaptado con la suficiente rapidez al status que le corresponde, y en esta quema sólo se salva la calle Montenapoleone. Aunque supongo que son etapas, y en unos años volverá a disfrutar del esplendor que se merece.

Milán es turística, a pesar de todo. Y en la semana internacional del mueble, las principales calles de la ciudad hierven de energía. El diseño desborda por cualquier esquina, y no hay un lugar donde no haya una pequeña exposición, performance, evento de cualquier tipo o presentación de cualquier marca. Todo vale, si se trata de dar imagen de diseño y vanguardia. Un escenario enfocado al interiorismo, pero al que se apunta el mundo del automóvil; desde Porsche a Lanborghini, pasando por muchas otras marcas. Porque el mueble es un jugoso negocio, y en Milán, hay que estar sí o sí.

La feria del mueble se desarrolla en los pabellones del recinto ferial (“Rho-Fiera”), situados al Noroeste de Milán. Divididos por estilos o tipo de producto, el visitante puede recorrer cientos de stands de marcas del sector a nivel internacional. España estaba representada por algunas de sus principales empresas en este negocio: Vondom, Fama, Andreu-World, etc.  Por desconocimiento y sobre todo por mis grandes expectativas (la ilusión es algo innato en mi naturaleza) adquirí entradas para acceder a la feria 2 días, y sinceramente, me sobró uno y medio. Los pabellones expositivos son una amalgama de muebles repetitivos, y que a mí no me ha producido apenas ningún tipo de emoción. Quizás sea culpa mía, que carezco de la sensibilidad adecuada, pero debo reconocer que mi visita ha resultado decepcionante y absolutamente nada inspiradora. El primer día salí de allí con una brutal borrachera de sofás y el segundo, no fui capaz de encontrar la chispa adecuada.

Pero la semana del mueble de Milán no es solo el recinto ferial. Ni muchísimo menos. La expresión “Fuori salone” incluye infinidad de actos repartidos por toda la ciudad, como ya os adelantado antes, y desde mi punto de vista resulta mucho más interesante que la propia feria. Marcas del sector de la construcción, el baño o revestimientos de todo tipo muestran sus productos en cualquier espacio de la capital lombarda. Entre todos esos espacios repartidos por toda la ciudad destacan 2 zonas: Riera, un barrio muy céntrico y con mucho encanto y Vía Tortona, una calle de pasado industrial y que ha resurgido como centro de diseño tras un profundo proceso de gentrificación. De esta última zona ya os hablé en los post que publiqué en 2015.Así que os recomiendo que les echéis un ojo.

Pero Milán es una gran caja de sorpresas y no para de evolucionar. La zona de “Porta Nuova” emerge con fuerza en la zona norte, al Oeste de la estación central. Un gran centro comercial abierto y numerosos edificios residenciales de nueva construcción se concentran junto a la estación ferroviaria Garibaldi. En este nuevo punto de interés hay un conjunto edificado que destaca por encima de todos los demás: “ Il bosco Verticale”, obra de “Boeri Studio”. Construido en 2014, este proyecto hace una apuesta por la arquitectura viva y sostenible. Consta de 2 torres, de 112 y 78 metros respectivamente. Sin duda, la de mayor altura acapara el protagonismo. Cuando visité este lugar en 2015 me sorprendió gratamente, pero hoy, 4 años después, puedo certificar que el proyecto se mantiene en pie con mayor fuerza que el primer día. Se trata de 2 volúmenes compactos con una fuerza extraordinaria y que sin duda marcan un antes y un después en la historia reciente de la arquitectura.

Aunque si hay un hito destacable en Milán ese es el nuevo espacio bautizado como “Piazza Tre Torri” (tres torres). Un nombre que lógicamente adopta por los tres emblemáticos rascacielos que dominan este lugar. Dos de ellos ya construidos (A. Isozaki y Z. Hadid, DEP), y el tercero (Libeskind) en fase de construcción. Cuando estuve en 2015 esta zona era únicamente un solar en construcción, pero hoy día el proyecto es ya una realidad. Los italianos han bautizado a los edificios con el sobre nombre de il torso, il recto y .El motivo, es más que evidente. Pero en la pugna hay un claro vencedor: la torre Generali con el centro comercial a sus pies, obra del estudio de Zaha Hadid. La torre no es visitable, pero el centro comercial simplemente no tiene desperdicio. Fiel a su estilo, el proyecto posee una fuerza imperiosa que hace vibrar tanto exterior como interiormente. El atrio central existente en el interior del mall de tiendas es una vela tensada al viento que se eleva hasta el lucernario superior y recorre ininterrumpidamente el triple espacio, fundiéndose con la luz natural que baña cenitalmente el lobby, hasta desaparecer en lo más alto del cielo, donde sin duda se encuentra su genial autora.

El proyecto de Libeskind quedará sin duda en segundo lugar, y eso que es uno de mis arquitectos favoritos. Pero bueno: hay que dar un voto de confianza porque actualmente su lienzo está a medio terminar. El que sin duda no está a la altura de la competición es A. Isozaki. Su proyecto es anodino. Un bloque compacto con “patas” en la parte inferior que no me transmite absolutamente ninguna emoción. Por eso, el Pritzker 2019 me parece que no aporta lo suficiente para ser merecedor de ese galardón, al igual que R. Piano o A. Siza.

 La nueva estación de metro “Tre Torri” pertenece  a la zona de expansión denominada City-Life. Un pulmón verde similar a la Smart city de “Porta Nuova” pero ubicada en una zona mucho más privilegiada. Un espacio abierto a la naturaleza y donde los edificios residenciales poseen un carácter futurista. En especial el complejo residencial creado por Zaha Hadid en 2013. Una actuación espectacular con la marca de la casa, pero aplicada al espacio doméstico (un uso poco habitual entre los encargos que recibe este gran estudio).Las fachadas alternan paneles composite de color blanco con zonas de madera. Una composición variable y sorprendente que permite hacer de cada vivienda un espacio único para su propietario y a la vez ofrecer una perspectiva cambiante para todos los que recorremos  exteriormente la urbanización.

Como podéis ver en la imagen que preside este post, la torre de Zaha Hadid parece surgir desde la tierra y elevarse hasta el cielo como continuación de los bloque de viviendas construidos con anterioridad en la misma zona. Sin duda, os recomiendo visitar City Life y estas dos obras de Zaha Hadid en concreto. Un lugar que crece y que en  los próximos años nos deleitará con nuevas actuaciones.

Me alegro de que a los italianos (por antonomasia con su rico pasado) les haya dado por modernizarse de la mano de Zaha Hadid. Una cita que tengo pendiente desde hace años es precisamente el museo MAXI , que la gran genio anglo-iraquí proyectó para la capital italiana y que es una realidad desde 2009.

Bueno, espero que si no habéis visitado Milán en los últimos años os animéis a hacerlo cuanto antes; y si no, para la próxima feria del mueble (abril de 2020).