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el proyecto de toda una vida…

El croquis: la biblia de los arquitectos. Una revista sin fecha de caducidad que alberga contenidos de actualidad internacional con la máxima calidad. La revista “El Croquis” es un referente en la vida de la mayoría parte de los arquitectos a nivel mundial, que se edita desde hace casi 30 años.

La calidad de sus planos, de sus textos, de sus fotografías, su maquetación y por supuesto su impresión hacen de esta publicación el sueño de todo estudiante de arquitectura. Un trabajo realizado por 11 personas y que  dirigen de forma excepcional los arquitectos Richard Levene y Fernando Márquez Cecilia. Un equipo que ha sabido sortear el envite de dos elementos (el cambio de la era analógica a la digital y la crisis de nuestro país) gracias a la proyección internacional.

Al abrir un ejemplar, el olor inconfundible de sus páginas nos presagia un apasionante viaje por el mundo de la arquitectura. Adopta el término de “revista” únicamente por su carácter de publicación periódica, porque cualquier poseedor de un número lo guarda como si de una joya se tratase. Entre ellos me incluyo yo, ya que cada número alberga un montón de secretos aún por descubrir. Por muchas veces que se analicen los proyectos.

Hasta Carme Pinos se lamentaba de la desaparición en su estudio de los números de El Croquis donde en otra época se publicaba su trabajo (junto con el tristemente desaparecido Enric Miralles (DEP).

Los dos arquitectos/editores decidieron edificar la nueva sede de la revista en su localidad natal de San Lorenzo de El Escorial, a 50 kms aproximadamente de Madrid. Una localidad tranquila, anclada en el pasado, diametralmente opuesta al corazón que late en el interior de esta “villa mágica”.

El edificio se ubica en una zona residencial de viviendas unifamiliares aisladas, justo en la avenida principal que asciende hasta el Monasterio más famoso de toda la Comunidad Autónoma. El proyecto sorteó desde el primer momento la normativa aplicable de forma magistral, y consiguió dar respuesta al programa de necesidades sin renunciar a un exquisito diseño.

La intervención contempla la ejecución de dos volúmenes (editorial y galería de arquitectura) dispuestos de forma perpendicular entre sí, y que quedan unidos por un zócalo semienterrado que facilita las circulaciones interiores. El conjunto construido y los espacios generados en su interior se encuentran en un equilibrio perfecto. La base que rodea a los dos contenedores está formada por planos triangulares de acero corten y vidrio que se entregan de forma natural contra el terreno.  Por su parte, el revestimiento exterior elegido es el aplacado de mármol travertino en un formato completamente personalizado para cada fachada.

La calidad de los materiales y la exquisitez de los remates desempeñan un papel fundamental para alcanzar un resultado espectacular tanto exterior como interiormente. La cubierta inclinada del volumen principal esconde un espacio exterior ajardinado que se descubre lentamente al adentrase en la parcela. Ésta dispone de un acceso posterior, desde una calle secundaria.

El acceso, a través de una “caja” de acero corten y vidrio que penetra en el volumen principal, nos traslada desde el mundo real hasta un universo maravilloso: el de la arquitectura en estado puro. La zona abierta al público se dispone en la planta inferior: zona de recepción, venta de ejemplares y sala de conferencias/exposiciones. En las plantas superiores se superponen ene estratos los diferentes espacios de trabajo y áreas privadas.

Interiormente, la piel de madera  junto con los juegos de luces, de niveles, de espacios que se abren y se cierran sutilmente, la riqueza de perspectivas, etc contribuyen a crear un ambiente interior acogedor y siempre cambiante.

Siempre he tenido en mente visitarlo, reconozco que he tardado muchos años en hacerlo. Al analizar el proyecto (publicado en 1999 en las últimas páginas del Nº doble 96-97 de la propia revista) uno tiene la clara sensación de que se encuentra ante un gran proyecto. Pero en la visita que acabo de realizar, acompañado por 20 años de ese impasible juez llamado tiempo, debo señalar que esta obra se mantiene  en perfectas condiciones. La cuidada geometría de los espacios, el mimo de cada detalle constructivo, la exquisita combinación de materiales naturales y una inusitada elegancia atemporal  hacen de este edifico una joya.

Sin duda, recomiendo su visita a todos los amantes de la arquitectura.