¿De qué están hechos los sueños? No estoy muy seguro, pero con toda probabilidad de… ilusión y de tenacidad. De confianza y de entusiasmo. De luz y de vida. De pasión y de emprender. De imaginación y de fe. De color y de deseos. De constancia y de creer en uno mismo. De esperanza y de futuro. De aliento y de verdad. De ánimo y de creer que es posible. De creación y de construir en positivo. De inconformismo y de paciencia. De amor y de ideas. De alegría y de…
Aunque también están hechos de dolor.
Hola! Me llamo Miguel Ángel Flores Calle y soy arquitecto.
Nací en Vitoria-Gasteiz en 1973 y me licencié hace 15 años en la Escuela de Arquitectura de Donostia, un lugar donde aprendí a pensar.
Aquí comienza mi blog de arquitectura.
Con esta primera entrada quiero crear un espacio abierto, donde plantearé en pequeñas pinceladas mi visión de la arquitectura actual, mi experiencia profesional y todo lo que rodea a este fascinante mundo.
Mi pasión por la escritura y mis inquietudes profesionales inundarán este espacio con originales ideas. Sirva este lugar, este momento, como preámbulo a la inauguración de la casa 33, mi casa- estudio actualmente detenida en el tiempo, pero que con toda seguridad podrá estar concluida muy pronto.
Jan Cejka, en su libro “ Tendencias de la arquitectura contemporánea” (Ed. G.Gili) realizaba un interesante análisis con el que pretendía efectuar una ordenación de tendencias de arquitectura en medio del “ caos aparente”. Realizaba la comparación del panorama arquitectónico con el estado de un vehículo en medio de un atasco, donde no se sabe con exactitud el punto en el que nos encontramos. Aunque el escenario se ubicaba en el año 1992, hoy en día sigue sin establecerse una línea clara de trabajo. Un corriente predominante, un mainstreaming, agravado sin duda por la fuerte crisis que ha puesto patas arriba el mundo en el que vivimos.
Por ello, insisto: falta un elemento vertebrador que dirija la arquitectura en medio de esta catarsis que vive el sector en el viejo continente, es necesario repensar algunos conceptos que nos han conducido a la situación actual e iniciar un estilo de futuro que se ajuste a la época en la que vivimos.
La arquitectura, como reflejo de la sociedad a lo largo de la historia y fundamentada en el trabajo diario de los arquitectos que la proyectan, también se ha visto afectada lógicamente. Vivimos un proceso de transformación y se trata de “adaptarse”, como ya nos adelantaba en otro contexto Charles Darwin en su teoría de la evolución, pero que resulta extrapolable a otros ámbitos. No sobreviven los más fuertes o inteligentes, sino los que mejor se adaptan al medio.
En este tiempo de cambio, la arquitectura también debe adaptarse, mutar, aprender, cambiar de escala… pero siempre con una actitud receptiva y por supuesto positiva.
Le Corbusier, el arquitecto más genial y prolífico de la arquitectura contemporánea (con permiso por supuesto de otros muchos grandes) hablaba en uno de sus escritos de la importancia de la constancia (“la constance”).
Porque es precisamente ésta la que muchas veces falla, y no el talento.
Ahora, más que nunca, debe mantenerse la actitud firme. A pesar de las dificultades. Es hora de crear; es hora de luchar por tus sueños.
Porque si crees en ti mismo, todo es posible.