casa 33

el proyecto de toda una vida…

La vida se abre camino. Y lo hace en la oscuridad más absoluta, donde el aire apenas se atreve a acercarse y donde la luz natural hace años que fue desterrada. Una semilla ha brotado en el interior de un apagado portal ubicado en mitad de un lóbrego pasadizo. Un anodino acceso a un distinguido inmueble que fue olvidado hace años.

En ese difícil escenario, la vegetación ha comenzado a colonizar el espacio. Por suelos, paredes y techos. La naturaleza avanza en busca de la luz y no posee límites. La mejora de la accesibilidad del acceso al edificio ha servido como excusa para llenar de luz este pretérito lugar. Por fin llega el momento de la modernidad para dignificar el acceso del noble edificio al que pertenece.

Una actuación que posee una fuerza vigorosa, arrastrando a todos los elementos que componen el proyecto en un retorcido escorzo hacia el exterior. En este gesto, el gran protagonista es la gran figura geométrica retroiluminada que atraviesa diagonalmente el techo de este ámbito gracias a la creación de dos niveles que contrastan cromáticamente: la figura (más baja) en blanco y la zona más alta, en color negro. Un brote artificial que busca la máxima dimensión posible (la diagonal invisible), y que partiendo desde la pared ubicada en la zona más alejada de la vía pública llega hasta ella para mostrar el número del inmueble al que representa.

Por otro lado, la inevitable presencia de la escalera que asciende a planta primera define un triángulo de vidrio que genera una serie de elementos en su entorno más inmediato para completar la composición sugerida, arrastrando consigo el módulo de buzones que han sido escindidos de la pared por la enorme fuerza de la naturaleza.

En el interior, los planos se abaten para mostrar la continuidad de los elementos que confieren el dinamismo a este proyecto. Un diseño que combina acero corten, vidrio, muro de gaviones con lava volcánica, rastreles de madera de iroko y elementos vegetales artificiales para crear una escenografía que reivindica la existencia de este portal, permitiendo su visualización desde la arteria urbana principal a la que pertenece.

Una vez más, el movimiento se detiene en el espacio para dotar de dinamismo a este lugar de paso de una forma elegante, atemporal y con mucha personalidad.