Con el “Vanke pavilion” (primer grupo inmobiliario chino) Libeskind recibe el encargo para realizar un pequeño pabellón corporativo. Situado junto al lago Arena (árbol de la vida) el promotor de esta joya arquitectónica pretende reflejar 3 conceptos de la cultura china: el shi-tang (comedor tradicional), el paisaje autóctono y el dragón (relacionado con la agricultura y en definitiva con la alimentación).
Exteriormente, las onduladas escamas descontaminantes rememoran con inusitada claridad la piel del dragón chino en plena celebración. Una vez más, movimiento detenido hecho arquitectura. La construcción posee tres niveles, destinando el de planta baja a uso expositivo. Interiormente, la exposición posee un entramado de bambúes que conforman los soportes para la sujeción de numerosas pantallas de pequeño formato, donde se proyecta la “moral” del gigante grupo inversor. El contenido expositivo de la muestra (ajeno al autor) dificulta enormemente la observación del interior en este nivel inferior.
La escultura de formas sinuosas creada por Libeskind continúa en una entreplanta privada, y dos plantas superiores. Dos escaleras de trazado curvo permiten el acceso al nivel intermedio (donde se encuentra la zona privada de oficina, servicios, cocina, etc).Y en la planta superior nos encontramos con la más íntima y lujosa terraza de toda la EXPO, con un impresionante vista del entorno.
Con esta entrada doy por concluida mi recorrido por la EXPO 2015, aunque todavía quedan pendientes las impresiones de mi visita a otras zonas de Milán.
Me ha gustado esta experiencia. Las exposiciones universales forman parte de la natural evolución arquitectónica, y pretenden reflejar en cada momento el resultado de la investigación de sus autores en el tiempo en el que viven. Desde la primera EXPO de Londres en 1851 (vinculada a la revolución industrial de la época) son muchos los ejemplos de arquitectura singular que desean adelantarse a su tiempo. El Crystal Palace de Joseph Paxton de aquella primera EXPO y que desgraciadamente fue destruido por un incendio, sigue siendo un icono de la arquitectura contemporánea. Seguramente el primero, desde mi punto de vista, y que todavía hoy sigue siendo una maravilla difícilmente imaginable en aquella época.
La nueva EXPO 2020 ya se está fraguando en Dubai, frente al Golfo pérsico. En el núcleo principal de un conjunto de 7 emiratos unidos por una misma fuente de riqueza, aparentemente inagotable. Sin duda, una cita ineludible por tratarse de la primera vez que se desarrolla en Oriente Medio y sobretodo, por ubicarse en un país idóneo para un evento de estas características, especializado en rutilantes excesos.
Nos vemos en Dubai…