casa 33

el proyecto de toda una vida…

Recuerdo la primera vez que me topé con la palabra “convulsa”. Fue hace muchos años, siendo yo todavía estudiante de arquitectura. Corría el año 1994. La leí en la monografía AV  ESPAÑA 1994 (de la revista Arquitectura Viva), que a modo de anuario y como era habitual cada año, repasaba las obras más significativas del ejercicio en nuestro país. El citado artículo (que acabo de releer y me ha parecido como si lo hubiese leído ayer) se titulaba “La belleza convulsa”, y repasaba la “meteórica “carrera de Enric Miralles (DEP) y  Carme Pinós, y cómo su pasión creativa les llevaba al límite en su juego expresionista de formas imposibles. Y lo hacía en relación con el hundimiento de la cubierta de una de sus obras: el Palacio de los Deportes de Huesca, que en ese momento se encontraba en construcción (y que posteriormente fue concluido sin problemas).

El impecable artículo concluía con una magistral frase: ”En este fin de siglo, la belleza es convulsa y el artista culpable”.

Este tipo de pensamientos y todo lo que conllevan son los que marcan la carrera de un estudiante de arquitectura.

(…)

Hoy, casi 20 años después, la palabra polisémica “convulsa” tiene hoy un nuevo significado. Y es que más que nunca está presente y define de forma certera la etapa que nos ha tocado vivir en nuestra profesión. Navegamos en un mar revuelto, lleno de incertidumbre, pero también de oportunidades: las que cada uno crea con su trabajo diario.

La arquitectura debe continuar, aprendiendo de los errores y evolucionando hacia nuevos campos.

Confío y deseo plenamente en que el 2014 sea un año mejor para todos, especialmente para los más necesitados y desprotegidos, y que luchan por cambiar su situación.

Y por supuesto, espero que la casa 33 pueda concluirse por fin, tras el mal sueño en el que se encuentra, y comenzar así una nueva etapa llena de apasionantes proyectos.

FELIZ NAVIDAD!!!