El museo Eye (2012) es obra del estudio de arquitectura vienés Delugan Meissl. Un equipo técnico encabezado por una pareja de arquitectos que comenzó en 1998 con importantes obras en Viena, y que hoy en día poseen una gran proyección internacional. Una de sus obras más conocidas es el museo Porsche en Stuttgart, aunque actualmente trabajan en múltiples proyectos de varios continentes. Merece la pena conocer de cerca el trabajo de este estudio, porque disponen de un curriculum con una calidad excepcional.
Esta obra domina la bahía del Het IJ (canal principal) de Amsterdam, y se sitúa en el nuevo distrito denominado “Overhoeks”. Al llegar a la ciudad en tren desde el aeropuerto de Schipol, y desde cualquier lugar próximo a la estación central, este edificio se erige como foco de atención de todas las miradas. A pesar de ser un edificio de escasa altura, su arriesgada volumetría le proporciona una tremenda fuerza. La estructura pasa a tener un papel protagonista, pero se camufla perfectamente dentro del diseño del edificio. Destaca su gran voladizo en la zona opuesta a la bahía, en un gesto desafiante hacia los edificios más cercanos. Como por ejemplo la cercana torre “A´DAM Lookout”, un anodino edificio recién inaugurado que alberga diversos usos y cuya vocación es ofrecer unas magníficas vistas de la ciudad desde su rotatoria atalaya en la parte superior.
Al igual que sucedía en el ARCAM, los límites entre fachada y cubierta se diluyen en una combinación perfecta de zonas ciegas y zonas acristaladas. El material elegido es un panel composite, cuya modulación está cuidadosamente estudiada y combina formas geométricas en cada una de sus fachadas.
Al parecer, las ideas de estos arquitectos encajan bien con el cine, leit motiv de este museo. Arquitectura y cine tienen mucho en común: son una combinación de luz, espacio y movimiento. Realmente esta obra transmite esa sensación que tanto me gusta de “movimiento detenido en el tiempo”.
Este impresionante edificio se compone de 4 niveles. La entrada principal se sitúa en el nivel +1: es decir, queda sobre elevada sobre la bahía ya que el acceso se realiza gracias a una escalera exterior de grandes dimensiones. Las salas de proyección y de exposición que componen el programa se distribuyen a lo largo de los cuatro niveles del edificio. Sin duda, lo más destacable de esta obra es la fluidez espacial interior. Las diferentes plantas disponen de una continuidad visual a través del gran espacio central destinado a bar-restaurante y que recoge todas las circulaciones. Un espacio que arranca en el nivel +1 (tras atravesar la zona de acceso, taquillas y tienda) pero que asciende hasta el nivel +3.Esto se consigue gracias a las diferentes plataformas intermedias que los arquitectos han creado y que quedan unidas entre sí mediante rampas y gradas escalonadas de diferentes características. Este espacio diáfano, abierto hacia el exterior, actúa como distribuidor y espacio central del museo. Resulta simplemente espectacular desde cualquier punto. Concebido para relacionarse, interactuar y generar infinitos recorridos, genera a su vez múltiples zonas de estancia con unas vistas únicas hacia la bahía, ya que se vuelca al canal de Amsterdam a través de una enorme fachada acristalada.
Dispone de una zona de terraza que permite disfrutar del sol al aire libre, y permite la integración del edificio en el entorno gracias a la creación de un recorrido por el exterior.
El sótano (nivel 0) dispone de diversas zonas de servicios y varias salas de exposición. Lo más interesante de este nivel (que es el único que no participa del “gran atrio”) es el distribuidor de doble altura que conecta las salas y en el que sobresalen algunos volúmenes de la planta superior. El resultado es muy interesante a nivel espacial.
Por su parte, el nivel +2 dispone de una gran área de exposiciones y una sala para workshop. Y por último, en el nivel +3 se dispone la sala de proyección de mayores dimensiones (315 asientos), formando un voladizo desafiante sobre un tranquilo paseo peatonal de Amsterdam norte.
Este edificio es una obra de gran calidad creativa y constructiva, por lo que resulta una cita ineludible en tu próxima visita a Amsterdam.