casa 33

el proyecto de toda una vida…

Tras visitar el Porsche museum, le toca el turno a Mercedes-Benz, otro gran coloso germano perteneciente al mundo del motor. Al igual que su homólogo, este edificio quiere ser la imagen arquitectónica que transmita ante todos los potenciales clientes y visitantes los valores de esta gran marca de vehículos de gama media-alta.

Otra obra que nace con la voluntad de ser icónica, y que de nuevo es encargada a un estudio de arquitectura de fuera del país. Un detalle a tener en cuenta. Y es que no es casualidad, que las tres principales industrias automovilísticas del país (Porsche, Mercedes-Benz y BMW) confían el proyecto más importante de su historia a arquitectos extranjeros. En dos casos (Porsche y BMW) los directivos confían su inversión a estudios de Austria (Delugan- Meissl y Coop Himmelb(l)au) y en el caso de Mercedes que ahora me ocupa, el encargo recae sobre un estudio holandés (UN studio, encabezado por Ben Van Berkel y Caroline Bos).

El edificio fue inaugurado en 2006, y al igual que sucede en otros casos, se ubica junto a la fábrica de Mercedes-Benz (Mercedesstrasse,100) . Pretende resumir la extensísima y prolífica historia de Mercedes- Benz de forma cronológica, sin saber prescindir de los detalles menos importantes.

En planta, se proyectó un triángulo equilátero con las tres esquinas redondeadas a modo de “hoja de trébol”. La zona central se libera para disponer un gran pozo de luz natural. Se trata de un edificio que sorprende por su amplitud interior. Desde fuera, no se puede hacer una lectura real de los niveles existentes (nueve en total) y que suman un total de 16.500 m2.

Al atravesar las acristaladas puertas del museo el foyer no sorprende por sus dimensiones ni por sus acabados. Pero lo que el visitante desconoce es que le espera un espacio vertical impresionante. Se trata de un patio de luz vertical que albergan las comunicaciones verticales y ofrecen vistas en diagonal desde todas las plantas. Alrededor del mismo se ubican las escaleras, las zonas de servicio y todos los cuartos de instalaciones necesarios.

El comienzo de la visita comienza por tanto desde la parte superior del edificio. Un nivel que el visitante alcanza gracias a uno de los tres originales ascensores de forma aerodinámica y acabado metalizado previstos. El  esquema de circulación es sencillo, descendente, a través de rampas de trazado curvo que acarician interiormente la fachada del edificio en forma de doble hélice. Unaidea de recorrido heredada del museo Guggenheim que Wright proyectó en Nueva York.

Desde allí comienza el camino de descanso a través del siglo XX y de los avances tecnológicos que la marca fue incorporando en su diferentes modelos de vehículos de todo tipo. El edificio se caracteriza por los sorprendentes contrastes de iluminación en el interior y la combinación de diferentes materiales y texturas. Una obra de gran calidad, futurista pero que resulta menos sorprendente que sus “competidoras” y sobretodo, mucho menos emocionante.

El gris metalizado de la fachada y los acabados mayoritariamente fríos” del interior reflejan claramente los valores de la marca. Diseño, tecnología e innovación. Espacios quizás demasiado austeros para mi gusto, pero que denotan un sutil cuidado de los detalles. Exteriormente se ha dispuesto un anfiteatro semi-enterrado que permite realizar todo tipo de eventos al aire libre. Un bar con terraza exterior y un amplio parking al aire libre integran el edificio en el entorno.

Si tuviera que hacer un ranking entre las tres obras vinculadas al motor que he visitado, el primer puesto sin duda sería para el Porsche Museum. En segundo lugar quedaría el BMW Welt de Munich, y en tercer lugar esta estudiada y emblemática obra. Esto no significa que no me haya gustado, porque es una obra que posee grandes virtudes.