Esta obra de supresión de barreras arquitectónicas en un portal de Vitoria-Gasteiz se caracteriza por los condicionantes existentes. Una viga de hormigón cruza el techo por el centro del portal, dejando muy poca altura libre en dicha zona.
Por otro lado, el deseo de dejar a cota cero los dos ascensores ha implicado la ejecución de una escalera con algunos peldaños compensados en el arranque debido a las ajustadas dimensiones de la caja de escalera.
La voluntad de integrar estas limitaciones del portal ha desarrollado un proyecto que plantea un océano de curvas en el falso techo. De esta forma, se diluye la estructura y desaparece el frente ciego en el techo que surgiría en una solución convencional.
En este proyecto el espacio fluye sin barreras, ya que la Comunidad ha optado por renunciar a la puerta intermedia en el portal. Los pilotos empotrados en el suelo iluminan el recorrido natural desde la entrada hacia los ascensores y prolongan la visual a lo largo de la pared principal situada a la izquierda del acceso.
Por último, los buzones cobran vida propia y se separan de la pared en un gesto inusual que permite la colocación de un vinilo como telón de fondo para este escenario.
Un espacio sencillo, pero diferente.